Alirio Palacios partió al encuentro de sus caballos eternos

Los viajes definieron su camino como artista. China, Polonia, Suiza, Holanda, Alemania, Francia, Estados Unidos. Se deslumbró con la pluralidad de los paisajes, se enamoró de las mujeres y encontró en los caballos una fuerza dominante que lo acompañó el resto de su vida.El maestro Alirio Palacios fa lleció ayer de una complicación del corazón. Dejó de latir en el quirófano, en una clínica caraqueña, mientras le remplazaban su marcapasos. Se detuvo a los 77 años de edad para irse a cabalgar entre los colores pasteles de los cuadros que trazaba con su diestra mano de dibujante.Nunca pude despegarme de mi país, confesó en el último encuentro que tuvo con la prensa en septiembre del año pasado. Se presentó en si lla de ruedas a la inauguración de su exposición Manchas del asombro II, con la lucidez que le caracterizaba.Cuando viví en China usa ba la frase de Leonardo da Vinci `buscar para encontrar’, que es una cosa muy poderosa. Pones una piedra en tu casa, una cualquiera, y comienzas a observarla. Con el tiempo vas a encontrar de todo: personajes, guerreros, caballos. Así ocurre con una mancha de agua de tinta. En eso está basado el arte fi gurativo, el buscar para encontrar del artista. Todos mancharon y luego encontraron.Los colores de su Tucupita lo acompañarían en todos sus viajes. Nació en 1938, en las tierras caudales de Delta Amacuro.Sus primeros estudios fueron en Caracas, en la Escuela de Artes Plásticas en la que se inscribió en 1954. Su...

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