Aló, Aponte Aponte

Eladio Aponte Aponte se crió en una casa de tierra pisada en el barrio El Pajal, uno de los más pobres en el sur de Valencia, muy distinta a la lujosa quinta que compró en la urbanización Arboleda de Maracay y que hace una semana fue allanada por el Sebin en busca de pruebas que lo incriminen como cómplice del supuesto narcotraficante Walid Makled. En los liceos públicos Pedro Gual y Martín J. Sanabria de Valencia, Aponte era conocido como el flaco y lideraba los disturbios estudiantiles, con las prácticas foquistas que había aprendido como militante de la juventud del MIR en la década de los sesenta. Pero años más tarde se pacificó. Con el apoyo de un general cercano a Copei se alistó en la Escuela de Formación de Oficiales de la Fuerza Armada de Cooperación Âhoy Guardia NacionalÂ, donde se graduó como subteniente. Fue el primer viraje en sus convicciones políticas. Y se alejó aún más de la izquierda cuando ingresó en la Universidad de Carabobo, donde obtuvo el título de abogado. Varios tropiezos y pocos éxi tos en su carrera militar le hicieron pensar en el retiro cuando era teniente coronel. Por su trayectoria poco rutilante en el mundo de las leyes nadie podía imaginar que llegaría al cargo de fiscal general militar y, menos aún, al de pre sidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia. Pero las mayores sorpresas que ha dado el que era considerado hombre fuerte del Poder...

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