América Latina, no es hora de colgar los guantes con Trump

América Latina no debe colgar los guantes con el gobierno de Donald Trump. Aun que hay asuntos críticos para la región en las relaciones con la Casa Blanca, como el comercio o la inmigración, con un enfoque pasivo o conciliador se corre el riesgo de socavar los intereses de los países latinoamericanos y de sabotear el progreso alcanzado en asuntos globales que van desde el medio ambiente, hasta la prosperidad y la seguridad.Entre las prioridades del conti nente latinoamericano están el generar prosperidad y garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Mejorar la integración de la región en los mercados globales, atraer inversión extranjera y forjar acuerdos comerciales son considerados elementos esenciales para impulsar el progreso. En parte por ello, la región ha demostrado estar comprometida con los Objetivos de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas, así como con el Acuerdo de París.Justamente en estos temas, América Latina y Estados Unidos se distancian cada vez más.Este año, la Casa Blanca anunció la salida de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico TPP y del Acuerdo de París. Ambas decisiones fueron recibidas con decepción en la región. Pero la reacción merece más que una desilusión, exige una acción colectiva.El Acuerdo de París es uno de los pocos y recientes éxitos del multilateralismo. Demuestra por qué un orden mundial abierto y basado en el multilateralismo es esencial para promover los intereses de América Latina, dada su extrema vulnerabilidad ante los impactos del cambio climático, incluyendo las intensas inundaciones y sequías que afectan el continente cada vez con más frecuencia.Las que envía el gobierno de Trump sugieren que su compromiso, incluso con iniciativas que considera positivas, es débil y potencialmente efímero.Al parecer es un perro que ladra y no muerde. En cuanto a Cuba, el Tratado de Libre Comercio y el muro fronterizo, el presidente Trump ha hablado con dureza, pero ha atenuado algunas de sus acciones. La posición de la Casa Blanca podría cambiar rápidamente en asuntos de consenso relativo, que ilustran cómo su imprevisibilidad representa un enorme reto tanto para los aliados como para los adversarios del país norteamericano.Los estrechos lazos económi cos, comerciales y culturales que existen entre América Latina y Estados Unidos limitan el espacio para actuar. Pero la realidad es que América Latina ya no vive bajo la sombra del gigante norteamericano. Durante la última década la región ha demostrado...

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