Amigos y rivales

Con las montañas Himalayas en medio de ellos, la India y China están muy cerca y muy lejos a la vez. Las dos naciones comparten elementos importantes de su geopolítica: la enorme talla, la vasta y creciente población y la riqueza cultural las convierten en ejes determinantes de los asuntos económicos, políticos y sociales de Asia. Y el peso relativo de sus economías a escala mundial hace que su presencia tenga que ser tomada en consideración para todo lo atinente a la globalidad. Juntos tienen 40% de la población del planeta. No hay duda de que el liderazgo ejercido por China no se compara con el que ha decidido desempeñar la India, y en Nueva Delhi se tiene plena conciencia de ello. Sin embargo, lo que está pareciendo sensato a los indios frente a la fortaleza de su vecino, es prepararse militarmente para eventualidades que pudieran poner en peligro su autonomía de acción política y hasta su seguridad interna. Tensiones ancestrales que tienen que ver con los conflictos limítrofes entre ambos países en la región de los Himalayas han estado en el origen de sus rivalidades históricas y tienen aún hoy un peso determinante en sus relaciones. Pero con esas diferencias pueden convivir en paz. Lo que ha generado más un ambiente de hostilidad es el anuncio oficial de la India de haber probado exitosamente un misil de largo alcance con capacidad real de alcanzar las dos más importantes ciudades chinas. En efecto, nada hace pensar que en lo inmediato pudiera encenderse una chispa de desacuerdos de naturaleza tal que llevara a alguno de los países a una iniciativa bélica en contra del otro. No obstante, ello no impide que el poder acumulado por el vecino y la exponencial influencia que uno y otro ejercen por...

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