Sin mucho amor

Sin importarle para nada las claras y precisas órdenes que el Consejo Nacional Electoral había impartido a todos los venezolanos y muy especialmente a los voceros del Gobierno y la oposición para evitar cualquier propaganda electoral durante el transcurso de los comicios, el vicepresidente Nicolás Maduro llamó a votar "por amor a Chávez", propinándole una patada más de las tantas, repetidas y vergonzosas, que los integrantes del CNE han recibido del Poder Ejecutivo.

Desde luego que este hecho hace pensar hasta qué punto estarían de desesperados los jefes regionales y locales del PSUV que decidieron jugarse esa carta demoledora de la escasa y vapuleada credibilidad que al CNE le quedaba en este año oscuro y definitivo para sus integrantes. Maduro no hizo sino confirmar que las reglas y las normas del máximo organismo electoral sólo funcionan para la oposición sobre la cual caen multas y castigos de todo tipo.

Era todo un portento ver la cara de la señora Oblitas amenazando a los comandos partidistas y a los medios de comunicación si se adelantaban en dar cifras sin esperar la palabra santa del CNE que, como siempre, viaja a lomo de morrocoy.

Lo cierto era que, en ese momento, a todo el mundo le importaba los altos índices de indiferencia (algunos lo llaman abstención) que los ciudadanos estaban demostrando ante el llamado electoral para escoger a sus representantes regionales.

No sabemos si la señora Oblitas conoce que entre las responsabilidades del CNE está la de fomentar, facilitar y garantizar los procesos de votación. Ahora bien, si la gente no acude a votar está demostrando con ello no sólo su desconfianza en quienes puedan...

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