El amor hace regresar

Viajo encerrado en este pequeño y oscuro cofre de bronce. Siento compasión y cariño por las temblorosas manos que me llevan al final de este destino incierto. Manos que me ayudaron, que cuidaron a mis hijos, que cocinaron conmigo.Al igual que muchos, yo era un óvulo y un espermatozoide separado en dos cuerpos distin tos, en dos pieles que no se conocían y que terminaron siendo una. No era hombre, mujer, planta, animal ni insecto. No era nada. Como ahora, tampoco existía. No tenía preocupaciones, no tenía conciencia.Hoy es distinto. Hasta ayer estaba vivo y, aun en contra de mí mismo, me marché antes de tiempo, tal y como lo hizo mi padre y a su vez mi abuelo.Soy alma y cenizas sin cuerpo.Y la conciencia, esa chirriante voz que nunca calla, es lo único que aún tengo.Estoy atrincherado con re cuerdos, con amores y desamores, con aciertos y errores, con lo que deseaba ser y con lo que logré llegar a ser.El ardor de mi carne y el re chinar de mis huesos sobre impúdicas danzas de fuego de llamas azules me intimidaban.Creí que sentiría miedo. No fue así, ahora sé por qué. Y es que cuando partimos, ya el cuerpo no es nuestro.Es de día. Lo sé porque la luz logra colarse a través del cristal. Estoy volando como lo soñé tantas veces, en caída libre, como si alguien me empujara sobre el vértigo de mi historia, esa que yo escribí, que dibujé, que decidí fuera mi...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR