Amor con hambre no dura

Los parroquianos de la izquierda teórica y los que se han denominado izquierdistas para entrar a saco en el tesoro público, en las empresas del Estado y en todo lo que les puedan entregar a rusos, bielorrusos, chinos e iraníes a cambio de espejitos, chatarra militar y tecnología obsoleta se presentan ante las masas hambrientas, y no es una figura retórica, como los dispensadores de amor y dicen ser todo corazón.No me jodas.Desde los tiempos de Juan Ja cobo Rousseau y antes desde la prédica de Jesús de que más fácil pasaba un camello por el ojo de una aguja que un rico por las puertas del Cielo, lo fácil es echarle la culpa a la gente de fortuna mal habida o no de los males de la humanidad, de los peores infortunios e injusticias. No basta ser pobre para ser bueno, esas cualidades morales y éticas no se ganan mientras se pasa hambre, se recibe limosna o se le hacen loas al gobernante que les humilla y les pisotea la dignidad que dice defender.La catástrofe no empezó el día que a media tarde anunciaron el fallecimiento del teniente co ronel que, habiendo sido dado de baja por haber traicionado su juramento de no utilizar las armas de la república contra la institución republicana valga la redundancia, Toribio, fue elegido presidente. No fue ningún fenómeno electoral, sino lo sabemos ahora el peor fracaso de la antigua Capitanía General de Venezuela, incluida la gestión de los Welser y de la Compañía Guipuzcoana Desde el primer día al cha vismo se le vieron las costuras populistas, aunque pocos recuerden el banquete que el nuevo gobierno ofreció en los predios de Nueva Tacagua a los condenados de la Tierra, en el mejor estilo de Frantz Fanon, y se alarmen de la corrupción que campea después de la experiencia del Plan Bolívar 2000.¿Fue preso el general que se daba los cheques y los mandaba a cobrar con el ayudante? En 18 años, como Rousseau en el siglo XVIII, estos pésimos gobernantes carentes de toda virtud han utilizado los medios de comunicación del Estado, los dineros públicos y aseso rías nacionales y extranjeras para hacer creer que son los únicos que sienten verdadera compasión por los pobres, que mientras los ricos pretenden que mueran de hambre y de enfermedad para seguir...

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