Una ampliación en proceso de reducción

En la trama urbana y en el trajín diario de andar por las calles cobra significativa importancia y establece una fuerte distinción el uso que se haga del retiro de frente. Hay lugares donde los retiros de las edificaciones se transforman en una exasperante continuidad de muros y rejas volcados sobre las áreas públicas, lo que origina pobreza tanto física como visual. En otros casos, sobre todo en zonas comerciales, son utilizados como estacionamientos, con lo que entorpecen el tránsito peatonal y se apropian de las aceras. Esa sensación de agobio y ex poliación cambia donde los retiros se mantienen abiertos, creando espacios abiertos a la calle y los peatones. En la percepción cotidiana, la ocupación del retiro de frente es normal y muchas veces se justifica en la interpretación que se hace del derecho de frente, un impuesto a los inmuebles urbanos cuyo gravamen tiene que ver con que dispongan de vías de comunicación, suministro de agua, servicio de disposición de aguas servidas, suministro de energía eléctrica y alumbrado Alcaldía de Libertador. Ingenua o intencionalmente, se ha entendido ese derecho como extensión de los límites de propiedad a todo lo que se le ponga enfrente: derecho a decidir quién estaciona, quién circula, quién descansa frente a mi propiedad y tantas otras situaciones cada día más comunes en la ciudad. Lo que es una obligación se ha transformado en una justificación, que ha dado pie a la apropiación y uso indebido de un área que, por naturaleza jurídica, crea un espacio de transición entre lo público y lo...

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