Andrés Ponce se levantó con una nueva filosofía

AAndrés Ponce le tocó madurar muy rápido. A pesar de que tiene un tamaño y una estampa privilegiada para sus 20 años de edad, al atacante le tocó atravesar un calvario entre escándalos, lesiones y poca continuidad, que bien hubiesen podido terminar con las ganas de jugar al fútbol de cualquiera.Pero el zuliano decidió que él, por encima de cualquier cosa, deseaba ser futbolista. Esto ha sido un camino de muchos sacrificios, de jugar en una canchita de tierra en Maracaibo ahora a estar en Italia. Puedo dar 20 pasos, pero siempre con humildad, sin olvidarme de donde vengo.El camino ha sido un trecho duro y todavía no llego a donde quiero estar. Estoy haciendo lo que me gusta, a pesar de todas las dificultades, comentó desde Italia, donde el fin de semana logró un hattrick que amplió su registro anotador con el equipo B de la Sampdoria de Génova a 16 dianas, en apenas cinco meses en el torneo italiano.Llegar al primer equipo, y por consiguiente jugar en la Serie A, es algo que está a la vuelta de la esquina para Ponce, quien viene de atravesar dos años y medio de vicisitudes. Fue duro lo que se dijo de mí, tanto que se habló. Luego vino la lesión, me perdí el Mundial, y en Portugal las cosas no me salieron bien.Me mantuve paciente y fui fuerte, explicó. Le debo mucho a mi familia, y a la enorme ayuda de Jeremías Álvarez, psicólogo actual de la selección sub 20. Él me vio muy deprimido, y dijo que me iba a echar una mano, contó el ariete con un hablar pausado y calmado, poco habitual en un chico de su edad.Jeremías me recomendó la lectura. Comencé a leer todo lo que se me pasó por delante. Autoayuda, refuerzo personal, novelas, historia. De todo...

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