La anestesia y la cola

El problema es la tristeza: aquí no se habla de deporte, no se hacen chistes, no se lee. Son cápsulas de cloroformo, centros de hipnosis, galerías de la nada. No es lo que se ve desde lejos, no son las fotos que han rodado por el mundo, porque el problema de las colas es lo que pasa adentro, el letargo de las personas que las hacen, el impacto de la vida con escasez en la capacidad de concentrarse y ser útil.Un recorrido por las colas de cada día de la semana en supermercados de Caracas demuestra que la situación se agrava cuando se convierte en un potenciador del estigma de la pobreza. Los que menos tienen son los que más dependen de este modelo imperfecto que acentúa las desigualdades: hay días menos abastecidos que otros, no en todos los lugares funcionan las mismas reglas, nada garantiza que lleguen los productos ni que alcancen para todos y algunos encuentran vías para burlar las normas. La gente antes hablaba en las colas; ahora son filas silenciosas. Se cansaron de hablar. Les molesta repetirse a sí mismos. Hay escasez de productos y hay exceso de miedo.Cuando combinas las dos tienes la fórmula perfecta para hacer lo que te dé la gana. Los venezolanos están anestesiados por las represalias, por las amenazas. Es un sometimiento completo, es una Venezuela soviética, dice el psiquiatra Harry Czechowicz.La escasez tiene su psicología y su in terpretación en las maneras de sentir de una población. Eldar Shafir, profesor de psicología y relaciones públicas de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, asegura en sus estudios académicos: La escasez es una trampa que lo empeora todo y nos vuelve más pobres porque la capacidad para atender asuntos está seriamente comprometida y tomamos decisiones que nos harán menos productivos en el futuro.Yo salí del trabajo por el jabón de lavar, dice una mujer que igual hace la cola aunque ya se acabó el producto porque, la mayoría, igual hace la fila. Sea lo que sea que vendan, salga a la hora que salga mercancía. El tiempo perdió su valor. Las colas son horas de trabajo o de esparcimiento perdidas. El problema no es la administración de la cola, sino que un ciudadano encuentre lo que necesite cuando lo necesite, señala...

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