Ángel Bernardo Viso

En la Venezuela opro-biosa y vulgar de los últimos años, uno de los daños realizados desde el poder es haberle conculcado al ciudadano común hablar de cualquier tema que no sea la política del día. Estamos imposibilitados de ver más allá de nuestras narices.Caminamos a duras penas en el lodazal. Los creadores vene zolanos se ven afectados por la basura y su putrefacción.Los hombres de pensamiento se han extraviado para siempre. Cuando alguno de ellos se ha despedido, el país carece de interés para notarlo. Quienes han pensado a Venezuela no tienen cabida en esta sociedad desestructurada. Hace poco se fue uno de ellos: Ángel Bernardo Viso. He visto con estupor que ni siquiera El Nacio nal , de cuya junta directiva formó parte, le ha dedicado algunas palabras a su vida y su obra. Recordar cada vez se hace más difícil en medio de la disolución.Para que el futuro no nos sorprenda con nuestras habituales carencias, uno de los pensadores al que tendremos que recurrir es a Viso. Entre su obra ha dejado un trípode memorable para cohabitar con nuestra comprensión nacional: Venezuela, identidad y ruptura, Memorias marginales de Pedro Mirabal y el más completo, la síntesis de su ojo escrutador a través de la historia, Las revoluciones terribles. En el primero fija su atención en el drama de identidad que supuso la ruptura de la Independencia. En el segundo, sin duda mi favorito, el autor culebrea entre la literatura de memorias y la epistolar para una explicación de sí mismo que no es otra...

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