El ángel exterminador

La depresión fue el caldo de cultivo del expresionismo alemán. Salvando las distancias, ahora el cine proyecta la crisis de la economía de España a través de películas de suspenso y terror. Es el caso de la claustrofóbica y posmoder na Mientras duermes, en la que el guión narra los estragos y efectos de la violencia doméstica en un vecindario de clase media, cuyos moradores son víctimas del juego macabro del protagonista de la trama, interpretado por el solvente actor Luis Tosar, que hace el papel de un conserje de miedo. El personaje se dedica a sembrar el pánico en un edificio de altas resonancias estéticas. Por un lado, evoca el escenario siniestro de la obra maestra de Roman Polanski, El inquilino. Por el otro, guarda correspondencia con el teatro del absurdo de La comunidad, amén de su ejercicio de humor negro. A su vez, ambos referentes dejan en evidencia la obsesión del autor por los laberintos de la soledad y las tierras de los muertos. Erudito de la filosofía zombie, Jaume Balagueró conquistó la fama con la estupenda serie Rec, versión castiza y contemporánea del clásico de George Romero Night of the Living Dead. En ella, la cámara fungía de vitrina para la experimentación con las dimensiones híbridas y mutantes del relato audiovisual, a camino entre la ficción y el género documental. El resultado era la plasmación de una pesadilla gótica sin salida. En el mismo sentido, Mien tras duermes describe el aco so personal de una mujer por el bedel y portero de su edificio. De ahí el parentesco con el mayordomo de El últi mo hombre, joya de la panta lla demoníaca fabricada por la sensibilidad germana de F. W. Murnau. Incluso cabe la comparación con el Norman Bates de Psi cosis y...

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