Aniversari

Hay suplementos culturales que miman la mano que les da de comer, y otros que se valen de ella para estrechar la de los lectores. La mayoría de los de la prensa mainstream en países dotados de una sólida industria de bienes culturales, de un modo u otro promueven los productos de la empresa que los financia o con la que interesa entrar o seguir en connivencia. Un ejemplo claro es Babe lia , el suplemento cultural de El País . Veintidós años cumplirá en octubre publicando artículos de fondo, entrevistas y dossiers de interés variable y buena factura, y sobre todo convenciendo al lector de que compre determinados libros con sus reseñas de novedades. Entre estas, las de los sellos agrupados en Santillana casi siempre las reciben laudatorias. Como no puede ser de otro modo, ya que El País y Santillana comparten dueño e intereses: los del grupo Prisa.Lo de que un suplemento cultural de la prensa escrita quiera estrechar la mano del lector antes que cebar la de su dueño es también metáfora, claro. El periodismo cultural, el periodismo a secas, no es una ONG. Menos mal. Y desde luego no hay periodismo sin agenda, o sin línea editorial.Pero el hecho es que cuando los intereses empresariales no son los que priman y por lo general esto sucede en países sin empresas culturales robustas, es fácil la ilusión de un acercamiento al lector.Sería deseable que Venezuela contara con empresas culturales de verdad, es decir, no dependientes del Estado o meras coartadas fiscales para empresas privadas no culturales, pero hay que reconocer que en este contexto, esa ilusión, más convincente cuanto que huérfanos los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR