Postulados antiglobalización continúan sin materializarse

Cuando estalló la crisis económica internacional en 2008 se encendieron las alarmas y algunas voces auguraban el colapso capitalista. Los liderazgos de las grandes potencias --causantes de la onda de recesión que persiste todavía-optaron por criticar las amplias brechas del sistema y abogaron en ese momento por regular las multimillonarias ganancias de los bancos, eliminar los paraísos fiscales e incrementar los impuestos a grandes capitales, pasando por intervenir a privados con dineros del fisco. El momento parecía ser este lar para el movimiento antiglobalización --suele llamarse en su seno alterglobalización--, cuyo discurso contra el neoliberalismo pasaba siempre a un segundo plano. Lo que ha hecho la crisis económica es confirmar las hipótesis y críticas que el movimiento antiglobalización ha difundido desde hace años. Al mismo tiempo, la crisis también fuerza a fomentar nuestro discurso, a dar respuesta a una situación que se expresaba hace 10 años cuando el movimiento empezó o adquirió su reconocimiento público, comenta el activista español Joseph María Antentas, coautor del libro Resistencias Globales No obstante la crisis financie ra y el reconocimiento de los errores que los movimientos sociales han puesto sobre la mesa, los patrones de conducta siguen siendo los mismos y el discurso antiglobalización no termina de pasar a la acción. En 2010, Grecia sucumbió ante el alza de su déficit y se tuvo que refugiar en la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. El rescate se hizo efectivo, pero Atenas debe cumplir al pie de la letra la receta neoliberal que América Latina conoció a finales de los ochenta y en la década de los noventa: ajuste económico fiscal que pasa por reducciones salariales, suba de impuestos y aumento en la edad de jubilación. Le siguen en el paredón Irlanda, España y Portugal. En la última década, qui zás, se han conseguido éxitos a nivel de discurso; ahora las instituciones internacionales, incluso las empresas, tienen que responder a las cuestiones que surgen desde los movimientos sociales. El problema es que en muchas ocasiones se han apropiado del discurso y de las palabras, y no hemos acabado de ganar esa batalla dialéctica, pero como mínimo han tenido que responder, afirma Iolanda Fresnillo, de la ONG Observatorio de la Deuda en la...

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