A Anzoátegui se le quedó fría la cena

A la receta del Anzoátegui le faltó apenas un poquito para terminar siendo el plato principal de un banquete al que asistió menos público del que se esperaba. Anoche, el cuadro oriental se presentó en la Copa Libertadores como un equipo decidido, correcto defensivamente y capaz de romper las líneas de Peñarol, al que pudo merendarse en el primer tiempo y se le terminó atragantado en el segundo 1-1.Bajo la tutela del fino Rolan do Escobar y el coraje del talentoso Framber Villegas, Anzoátegui se movió entre las líneas uruguayas con velocidad y precisión, una fórmula que le permitió moverse por la cancha como un boxeador sobre un ring, llevando la pelota de un lado a otro hasta encontrar una rendija por la cual intentar meterse e intentar golpear.Aún con su otro tenor, Evelio Hernández, algo desafinado, el cuadro oriental alcanzó a parecerse a una orquesta. Kuki Martins con un par de pelotas quietas avisó de las intenciones venezolanas y Villegas concretó el asalto a la portería de Castillo tras una genialidad de su socio Escobar. Con la muralla uruguaya justo al frente, el panameño leyó la diagonal del larense y le mandó un ba lón teledirigido, un globito por encima de la defensa...

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