Apelando a la justicia

En pocos días se desempolvará el doloroso libro de injusticias para que la Corte de Apelaciones revise el juicio a Leopoldo López. Archivo de falsos testimonios, evidencias amañadas y cúmulo de la injusticia. Así ha sido denunciado por los propios protagonistas de un engaño judicial cruel escrito en los tribunales.Volveremos sobre líneas que narran acontecimientos con hechos alterados, escritos en renglones torcidos o inventados y salpicados con falsos testimonios regados en cada uno de sus amañados capítulos. Su lectura reafirma la necesidad de revivir definiciones y principios en que supuestamente se sustentan nuestros procesos judiciales.El primer paso en este largo camino ha de ser el definir el concepto de justicia: la virtud particular que asegura la igualdad entre todos los miembros de una sociedad.Al volver sobre las páginas que mancillan la justicia, urge recordarle a los jueces aquel axioma socrático que enumera las cuatro características del juez justo: escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.Un viejo tratado de leyes de cía algo más o menos así sobre el acertado desempeño del juez que debe poseer: 1 inteligencia proporcional a su oficio. 2 ciencia, es decir conocimiento suficiente sobre lo que debe juzgar. 3 Integridad, es decir ser incorruptible. Evidente que el juez no debe mudar ni reformar leyes, solo debe procurar su...

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