Aporía electoral

Si se le preguntara a Martin Heidegger por el significado de la expresión griega aporía , el gran filósofo ale mán, autor de Sein und Zeit, diría que se trata de aquellos caminos que no conducen a ninguna parte. Y es que ese es, precisamente, el título de una de sus obras más emblemáticas: Holzwege, traducida al español como Sendas perdidas. El traductor de la obra en cuestión, José Rovira Armengol, ha dado sobre el asunto una explicación, más que satisfactoria, estéticamente impecable: Holz es un antiguo nombre que en alemán significa bosque. En el bosque hay caminos que las más veces se pierden de repente en lo intransitado.Se llaman `sendas perdidas’ Holzwege. Cada una de ellas corre aparte, pero en el mismo bosque. A menudo causan la impresión de ser iguales, pero solo lo son en apariencia. Los leñadores y guardabosques conocen esas sendas. Saben lo que significa estar en una senda perdida.Da la impresión de que en estos tiempos de menesterosidad consumada, como los llamara Hölderlin, la oposición democrática venezolana hubiera entrado en un tupido bosque lleno de intransitados caminos, de caminos que todos los factores indican no conducen a ninguna parte, más que a la irresolución de una grave y dolorosa circunstancia que requiere de una urgente e impostergable solución, justo ahora, en momentos en los que está en jue go nada menos que el país, su convulso presente y su futuro incierto. Se trata de una auténtica senda perdida o, para utilizar de una vez y con el debido rigor la expresión estricta, de una aporía, de un camino impracticable o de un callejón sin salida: la falta de una solución precisa, dada la presencia, por lo menos, de dos conclusiones perentorias que son recíprocamente incompatibles y que, sin embargo, se exhiben al mismo tiempo como la única solución sólida y definitiva. En efecto, frente a la irresponsable charlatanería de quienes con sus botas de guerra a muerte han pisoteado la dignidad de todo un país, de quienes utilizan el terror para secuestrar, humillar y depauperar hasta la miseria a toda una nación, se presentan, en franca antinomia, dos posiciones recíprocamente contradictorias e incompatibles. Eso sí: ampliamente argumentadas y sustentadas en el estudio, el conocimiento y la experiencia que otorgan los años de esmero en el fragor de la teoría y la praxis políticas. En fin, nadie podrá negar la seriedad y la buena fe es importante decirlo de los puntos de vista que, sin embargo, se hallan en conflicto y se...

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