Niños aprenden a prevenir

Piiiiiiiii. Un sonido que agujerea los oídos y permanece en el aire unos segundos se escucha en la Escuela Básica Nacional Miguel Otero Silva, de la parroquia Antímano. Cuando suena una vez, el silbido indica a los niños que deben refugiarse de inmediato debajo de sus pupitres, mas cuando la maestra repite el llamado, todos colocan sus manos sobre el cuello, se protegen sus cabecitas y salen ordenadamente del salón. Ahora sólo se trata de un si mulacro de desalojo, y por eso a los niños les cuesta tanto trabajo contener la risa; pero las maestras imprimen un toque de seriedad al recordarles que esta misma escuela sirvió de refugio a familias damnificadas a consecuencia de las lluvias del último trimestre de 2010, cuando la crecida de la quebrada Las Flores, cercana a la Calle Real de Santa Ana, reventó la pared de una vivienda y causó la muerte de siete personas. Fue justamente después de este hecho cuando la directiva de Cáritas de Venezuela Âorganización de la Iglesia Católica que trabaja con las comunidades más vulnerables del país resolvió intervenir en esta comunidad, pero ya no más de modo reactivo, sino de manera preventiva, con la esperanza de fortalecer las capacidades de respuesta de los vecinos ante cualquier situación de origen natural, y así no tener que lamentar periódicamente la pérdida de vidas humanas. El área de Gestión de Riesgo y Ambiente de esta ONG diseñó un programa de capacitación de las comunidades de Antímano y Brisas del Paraíso, en el municipio Libertador, y de la parroquia San Pedro, en el municipio Guaicaipuro del estado Miranda. Obtuvo financiamiento del Departamento de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea. Un...

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