Aquí estamos

Aesta hora, media mañana del segundo día de paro cívico, escribimos sin saber lo esencial que ha de suceder en los próximos días. Acontecimientos que podrían ser muy grandes para el destino de todos, para bien o para mal. Me refiero a si va a haber o no elecciones para la constituyente que pretende asesinar la república. La verdad sea dicha es que, consultadas fuentes ordinariamente informadas, me temo que nadie tiene en este momento esas ansiadas certezas. De manera que usted lee hoy domingo un momento del pasado y quizás el único interés que tenga sea saber cómo se mueven muchas cosas en política, aun en las más vitales coyunturas.El dilema mío es más o menos así: en mi artículo del do mingo pasado osé pronosticar que el crimen sería perpetrado, que elecciones habría para la más canalla, alevosa y falaz de las tretas que gobierno alguno haya hecho por estos lados, para perpetrarse en el poder y así proteger un grupo de delincuentes cívico-militares que no tendrían vida en un régimen decente y democrático. Dejaba una mínima posibilidad de una solución pacífica a la luz de los amables encuentros de Rodríguez Zapatero y Leopoldo López que algo debían significar, y significan sin duda así yo no tenga claro sino algunas apariencias, más allá de la amabilidad y los desayunos seguramente bien servidos. En estas oscuranas, que también habría que aclarar un día la verdad es luz decían los Ilustrados supuse que era bastante saber. Y bastante trágico porque suponía que mucho le iba a costar a esta malherida república la consumación de la monstruosidad.Pero de improviso surgieron dos hipotéticas salidas al desbarrancadero. De fuentes muy serias como se dice, no de tuiteros ociosos o esquizoides, que afirmaban que había una solución transada en puertas, o mejor ventanas.Una aludía al TSJ, la Sala Electoral, que iba a postergar la elección el tiempo suficiente para que se abriera el diálogo que el país y el mundo clamaban a gritos. Lo del TSJ, que cuestionaría al CNE, era un ardid para preservar el orgullo, comillas claro, de Maduro. La otra venía de las conversas gobierno-oposición, que...

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