Estado en armas

Cuando un fenómeno, un acontecimiento, un movimiento de grupos sociales es de jado al desarrollo de su propia dinámica, tiende a crecer, a proliferar, a profundizarse en los intersticios de la sociedad y a ir ocupando progresivamente todos los espacios de la sociabilidad. Si el movimiento fomenta mejores y más altos niveles de conciencia ciudadana, justicia, respeto a los derechos humanos y pacífica convivencia produce un mejor estado de la cultura, fluidez de las relaciones humanas y superiores condiciones de paz. Si, en cambio, se pone en marcha toda una tendencia criminal, fuera y en contra de la ley, esta se irá concretando en los más diversos modos de actualización y en todos los lugares y espacios a los que pueda tener acceso con sus métodos y procedimientos delincuenciales, que cada día serán más amplios y profundos.Nuestro estado actual es de tal naturaleza, que lo que globalmente podemos llamar el malandraje, dejado como ha sido desde los años de esta revolución a su libre juego y albedrío, no solo ha ocupado todo posible lugar del delito, sino que ha despedido tentáculos hacia las instituciones del poder oficial y se ha en lazado con los que estas, a su vez, también han emitido para él, de modo que están ambos intrincados en una madeja de complicidades, intereses y crímenes casi imposibles de desentrañar. Mientras esta enmarañada madeja se mantenga, no habrá ninguna esperanza real para la...

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