Un arquitecto que trabaja por los pobres

El arquitecto chileno Alejandro Aravena, que se convirtió en el más joven en ganar el Premio Pritzker de Arquitectura, se entusiasma al hablar de su interés por desarrollar viviendas sociales bajo un concepto totalmente opuesto a la casa pequeña, estereotipada y de poco valor.Aravena, de 48 años de edad, propone usar las ciudades como un atajo para mejorar la calidad de vida entre las personas. Es un problema que no vale sólo para Chile, es probablemente uno de los desafíos más transversales que tenemos en el mundo, dice.El trabajo de Aravena y su equipo se divide entre el diseño de edificios y generar proyectos para instituciones, desarrollar viviendas sociales que se pueden ampliar y adquirir un mayor valor con el tiempo y hacer participar a la comunidad en sus diseños.Dice que la tríada a resol ver es: Viviendas sociales en densidades suficientemente altas para pagar por terrenos bien localizados, que se valoren en el tiempo, pero sin hacinamiento y con posibilidades de crecimiento, y de alcanzar un potencial de clase media, de 80 metros...

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