¡Arriba cadenas!

Ponte a pensar y pregúntate: ¿A quién favorece que el viejo Chávez, el candidato de la patria, hable 27 horas 3 veces al día en cadena? ¿Al chavismo o a las fuerzas democráticas? ¿Qué es lo que dice? Si realmente tú lo oíste la última vez, ¿puedes hacer un resumen? ¿Por qué lo criticas si lo está haciendo, encadenado, muy bien? Saca la cuenta. Hace días, para escribir este artículo, sintonicé unas cuantas transmisiones de mucho interés de Estado. En zona campesina de Barinas el viejo iba montado en un tractor, con su vicepresidente al lado. -Elías, ¿cuántas hectáreas sem braremos de arroz? -1.470, comandante presidente. -Leía el aludido. Pura soberanía alimentaria en cháchara y papel. Campaña sin gente. El show de la maquinaria agrícola para la televisión y la mentira pareja en cifras ficticias. Es el estilo chavista. Ya sabemos de dónde vienen el arroz, las caraotas y la carne. Tomamos café nicaragüense endulzado con azúcar de Brasil. Al día siguiente otra intervención por la red, esta vez desde un helicóptero a punto de aterrizar en una apartada base aérea en Guárico. Menos gente y más gamelote histórico. El Libertador tiene las bolas acatarradas. -Soldado Gómez, ¿de dónde es usted? -De Tigüigüe, mi comandante. En Barcelona se queja en cade na nacional de los desastres de su propio gobierno y regaña en públi co al gobernador Saab, con la consiguiente protesta del loro de la estaca en la plaza Bolívar a orillas del Neverí. El poeta de la revolución se queda más patitieso cuando le impiden la entrada a TVO y no puede presenciar en vivo la entrevista a Chávez. De todos modos...

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