La arrogancia como política

La oposición ha sido exitosa en las elecciones. Ha tenido instrumentos como la MUD y, antes, la Coordinadora Democrática, que condujeron con bastante acierto movilizaciones electorales o destinadas a lograr eventos electorales. Sin embargo, no ha sido muy exitosa en el manejo de escenarios no electorales.Caben entonces considera ciones críticas y autocríticas, para ver los resbalones en los que se ha incurrido.Hay una situación de equi librio inestable entre el régimen y las fuerzas democráticas. El primero carece de apoyo popular significativo y las segundas carecen de los mecanismos de fuerza para imponer el cambio democrático. Este equilibrio es lo que explica que a la victoria opositora del referéndum constitucional de 2007 siguiera la imposición de la reforma constitucional por otras vías, y, más recientemente, a la inmensa victoria de 2015 siguiera la anulación como institución legislativa de la Asamblea Nacional. Y en este preciso instante se está en el preludio de otro episodio similar: con la fuerza para recolectar sobrados el 1% y luego el 20% de las firmas, y para ganar el referéndum revocatorio de manera irrevocable, no parece haber fuerza para obligar a su realización en 2016.El problema crucial que se plantea a los demócratas es cómo derrotar una dictadura con los mecanismos democráticos que quiere usar y que la dictadura impide usar o distorsiona porque, precisamente, es una dictadura. A Pérez Jiménez se le...

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