Arturo Peraza: El camino más sensato para el gobierno es el diálogo

La Compañía de Jesús cumple un siglo de presencia en Venezuela. Desde que en 1916 llegaron de manera casi clandestina por el puerto de La Guaira dos sacerdotes de la orden para asumir las riendas del seminario de Caracas, la organización ha consolidado una obra en la que destacan instituciones educativas como Fe y Alegría, colegios como el San Ignacio de Loyola, las universidades Católica Andrés Bello, Católica del Táchira y el Instituto Universitario Jesús Obrero, además de iniciativas de referencia como el Centro Gumilla y el Servicio Jesuita a Refugiados, por nombrar solo algunas.Al sacerdote Arturo Peraza, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela, le ha correspondido desde 2009 desempeñarse como provincial de los jesuitas en el país, una temporada que se inserta en una época en la que, afirma, el peso de la Iglesia Católica sobre la vida pública venezolana ha ido en aumento. Eso no significa que en lo interno de la Iglesia no haya diferencias porque se reproduce también el esquema de polarización del país.De hecho, es un cuerpo complejo de entender y esas diferencias se expresan dentro de la Compañía, donde la gente tiene libertad de opinión.Pone como ejemplo de esas posiciones opuestas los casos de los sacerdotes Luis Ugalde, conocido crítico del chavismo, y Numa Molina, cercano al gobierno. Señala que hay una contradicción fundamental en la propuesta socialista del chavismo: En lugar de descubrir que el camino es a través de la economía, que es lo que predicaba Marx, usa una superestructura ideológico-política para abordar la realidad.¿Los resultados electora les se pueden leer como una pérdida de legitimidad del gobierno? --Claro, lo que la gente ha dicho es que el modelo económico que se ha aplicado en el país no es aceptable. El problema ha sido la economía sentida en carne y hueso: las colas, la escasez, la inflación; hay un conjunto de factores que han afectado la cotidianidad, no son unos números abstractos sino lo que se está viviendo en la calle. Sorprende que el gobierno insista en el argumento de la guerra económica cuando la gente le ha dicho de manera muy clara que lo responsabiliza directa y personalmente de la crisis. El gobierno debe asumir responsabilidades, no puede seguir jugando a echarle la culpa a otro.--No se ven señales de un cambio de discurso, tampoco una intención de rectificar.--Es cierto, pero también hay que decir que está muy reciente el proceso electoral.Apenas han pasado dos...

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