Asesinatos de líderes

Jair Cortés, líder del Consejo Comunitario asesinado el martes pasado, tenía algo en común con los otros 88 defensores de derechos humanos que han sido ultimados desde la firma del acuerdo de paz con las FARC.Jair Cortés ejercía la valien te tarea de defender el bien común, es decir, los intereses de la sociedad local frente a los erráticos caprichos de los emporios criminales que se levantan sobre economías ilegales y suelen ir en directa contravía.No es coincidencia la rela ción directa entre hectáreas de coca y riesgo para líderes sociales. Se ha podido constatar que mientras más eslabones de la cadena del negocio del narcotráfico estén asentados en el lugar, más peligro corren quienes no quieren ese futuro de crimen y ley del silencio para su gente. Donde reinan las economías ilegales, la Constitución es letra muerta. Lo esperanzador del plan de sustitución de cultivos ilícitos que se trazó...

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