En las aulas se canaliza la energía creativa del boom fotográfico

Los salones de las escuelas de fotografía del país están llenos a cualquier hora. La demanda para estudiar, analizar y perfeccionar ese arte desde las aulas ha aumentado considerablemente en los últimos años. Los entendidos desean que el boom no sea algo pasajero, sino que los interesados sigan cultivando el ojo fotográfico durante décadas, como lo hacen los alumnos de cualquier otro oficio o carrera. Jineska Hernández, de 21 años de edad, dice entre risas que inició el año con mal pie. Sufrió un accidente en moto que le dejó la pierna y el brazo derechos lesionados. Antes del percance se había inscrito en el curso Técnica I del Centro de Estudios Fotográficos, y el tener que desplazarse en silla de ruedas durante la recuperación no la ha hecho faltar a clases. Estudié un semestre de Medios Visuales y Fotografía en el Iutirla, pero tuve que dejarlo porque me fui de viaje. Cuando regresé me inscribí en la academia de policía, pero eso no era lo mío. Mi gran pasión es la fotografía y por eso estoy aquí, para aprender, relata, mientras el profesor Carlos Ancheta le enseña al resto de los alumnos que el diafragma de la cámara se identifica mediante una serie de números denominados con la letra F. Al lado de ese salón se dicta un curso más avanzado. Dos jóvenes y un hombre escuchan las tareas que Laura Morales les asigna como parte del trimestre de Estética de la Fotografía. La profesora les pide que no limiten su creatividad y les recalca que, aunque ese arte tiene un gran porcentaje visceral, como todo proceso creativo requiere de una racionalización. Los estudiantes de ese nivel dominan la cámara, ahora lo importante es que cada quien desarrolle su propio lenguaje. El Centro de Estudios Foto gráficos es de las escuelas más nuevas. Con un año de funcionamiento, su director, José Ramírez, se siente satisfecho por los resultados que ha visto y por la cantidad de personas que se inscriben para aprender a fotografiar: En un momento dado evalué ese interés como una válvula de escape, como fue la cocina, pero después lo analicé mejor y me di cuenta de que la fotografía tiene algo que las otras artes no tienen, porque si quieres pintar tienes que tener ciertas condiciones, pero en cambio puedes aprender a tomar fotos. Y si adicionalmente tienes algo qué decir y mucha sensibilidad, empiezas a ver resultados rápidos. También cada vez más nos comunicamos a través de imágenes, sobre todo desde que comenzó el auge de redes sociales en las que éstas...

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