La ausencia de Chávez en Brasilia

Hasta la mañana del jueves reinaba la más grande incertidumbre sobre la presencia de Hugo Chávez en la Cumbre del Mercosur en Brasilia. Nada nuevo. En el mundo conjetural en el que se ha venido manoseando el tema de su salud, desde el 30 de junio del año pasado todo ha sido verdad y todo mentira. Por supuesto, desde antes de ir se esta última vez a Cuba, se tenía conciencia de que el Presidente debía estar mal, probablemente muy mal. Se notó en su entrecortada campaña electoral para las elecciones del 7 de octubre. Luego, concluida esa exigente jornada, Chávez llegó incluso a admitir que tanta brincadera había hecho estragos en el precario estado de su salud. El lunes 8 de octubre lo vimos asomarse, cansado, al balcón del pueblo, y a finales de ese mes o principios de noviembre sostuvo una conversación telefónica con VTV y lo vimos actuar en la transmisión de un consejo de ministros. Desde entonces, nada de nada. De la noche a la mañana se hizo invisible y mudo. Hasta la madrugada del viernes, cuando regresó a Caracas. Este prolongado y absoluto distanciamiento del Presidente dio lugar a las peores sospechas, aunque muchos sostenían que en Cuba mejoraría y quizá lograría asistir a esta cumbre que tanto significa para él. ¡Venezuela por fin miembro pleno del Mercosur! Sin duda, un sueño deseado apasionadamente que al fin se hacía realidad gracias al desenlace que de improviso tuvo la latente crisis política paraguaya, pero también gracias a sus incansables gestiones personales. A darle solidez a la presun ción de que Chávez asistiría a esta cumbre del Mercosur contribuyeron poderosamente las imprudentes declaraciones del embajador de Brasil en Caracas, cuando anunció por su cuenta y riesgo que, en efecto, Chávez iría a Brasilia. Tan precipitadas palabras hicieron que la presencia/ ausencia presidencial en Brasilia terminara transformándose innecesariamente en una suerte de fe de vida. Si el deseo de Chávez era participar a como diera lugar en la cumbre y si el embajador brasileño lo daba hace pocos días como un hecho casi consumado, sólo causas muy mayores podían haber surgido para impedirle acudir a la dichosa cita de Brasilia. No nos cansaremos de repe tir que la salud de un ciudadano es asunto exclusivo suyo, pero al tratarse del Presidente de la República, todos tenemos derecho de conocer los detalles del mal que...

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