La ausencia del Presidente

Amedida que pasan los días, la situación de Venezuela se hace más y más desoladora. El pro blema eléctrico desborda con creces los límites de la imaginación. Ni la sequía ni el exceso de lluvia le sirven ya al Gobierno para disimular la incapacidad, la improvisación y la corrupción de sus funcionarios. Primer resultado del disparate de la gestión eléctrica oficial: Venezuela, uno de los principales países productores de energía en el mundo, se hunde gradualmente en la oscuridad. Segundo resultado: los mismos funcionarios que anunciaban hace pocas semanas el fin de la crisis, ahora culpan a los ciudadanos de recrudecerla por aprovecharse del alto crecimiento económico para aumentar irracionalmente el consumo eléctrico. Mientras tanto, millones de des poseídos claman infructuosamente en el desierto por una vivienda digna donde vivir. Desde los remotos tiempos del Plan Bolívar 2000 se han sucedido innumerables planes para satisfacer esta necesidad básica de buena parte de la población. Ninguno ha dado el menor fruto. El déficit se ha incrementado muchas veces y en la actualidad se necesitan 3 millones de viviendas. Para seducir una vez más a sus electores en desbandada, Hugo Chávez recurre ahora a la magia demagógica y populista de las misiones sociales. Su promesa de hoy es la construcción imposible de 2 millones de casas a corto plazo, a pesar de saber que no hay cemento, cabillas ni empresas constructoras suficientes para abordar un proyecto de tamaña envergadura. Eso sí, advierten los funcionarios encargados de la labor, en los desarrollos habitacionales que se construyan al calor de la Gran Misión Vivienda, queda terminantemente prohibido el uso de artefactos eléctricos. El tercer lugar de esta desespe rada carrera de Venezuela hacia la nada lo ocupa el último endeudamiento aprobado por la Asamblea Nacional. Miles de millones de dólares que se suman a otros muchos miles de millones de dólares de deuda pública contraída durante estos 12 años de presunta revolución bolivariana. Sin que aquellos préstamos ni estos tengan que ver con el financiamiento de ningún proyecto concreto de desarrollo. Todos han sido y son puro humo. Se desvanecen en el aire. Sin dejar el menor rastro. Para colmo de males, las ma sacres ocurridas en los calabozos de la policía y en las cárceles del Rodeo y Sabaneta obligaron al régimen a hacer lo que suele hacer ante cualquier...

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