Autofraude

La realidad que caracteriza a nuestro país no la podrán modificar con espejismos. No valen trucos publicitarios, ni artimañas guerreristas de última hora, como esos escenarios de divertimento, primero con Guyana y horas después con el espectáculo dantesco de ver a efectivos militares venezolanos sacando a empujones a miles de gentes po bres, que solo podían cargar con sus escasas pertenencias y su muchachito a cuestas.Me refiero a la confrontación provocada en la frontera colombo-venezolana.El fracaso del régimen es estruendoso. Se les acabó el tiempo y la botija está más que vacía, raspada. No da para más. Lo último a que apelan es al respiro de los préstamos que no remediarán la tragedia de la carencia de comida ni de medicinas. Eso lo saben todos los jerarcas que andan como sonámbulos en medio de la peor calamidad gubernamental que se haya vivido en la historia de nuestro país. Están reprobados, no tienen apoyo, perdieron la poca confianza que les quedaba en los sentimientos de los afectos al comandante eterno, simplemente porque ellos tropiezan también con esa dura realidad de inseguridad, porque igualmente saben de las bandas que atra can, roban, secuestran y matan en medio de la impunidad que ahora a fuerza de plomo y más plomo quieren taparear, después de que permitieron que operara a sus anchas cuanto grupo armado se cubría con las...

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