La avanzada del ron premium

Crecer en prestigio exige tener aspiraciones y confianza en la valía propia. El ron de Venezuela ha transitado ese camino escarpado que llega a la propia aceptación de sus cualidades y la determinación de seducir al mundo. Pero no ha sido fácil. Sus atributos se suelen obviar en su propio terruño. Muchos venezolanos desconocen que este destilado cuenta con Denominación de Origen Controlado, una ley rigurosa que exige que se añeje por lo menos dos años, y que ha apostado por etiquetas cada vez más Premium. La evolución ha ameritado el tiempo de los procesos que prometen perdurar. Hay quienes desde las propias destilerías señalan el borrón y la cuenta nueva, sin temor a la autocrítica porque ya la solución está sobre la mesa. "Los roneros mismos afectamos la marca por considerarla popular. En el pasado nos conformamos con volumen", cuenta Winston Morrison, tercera generación a cargo de la Destilería Carúpano. Pero se permite la severidad a sabiendas de que ese es un desvío superado. Ellos mismos, en 1993, decidieron apostar por un ron de más ambiciones, lo bautizaron como a los vástagos de la realeza Âcon un nombre largo y complejo y lo pusieron sobre la mesa. Ron Añejo Carúpano Solera Centenaria Reserva Limitada. En ese momento, irrumpió como uno de esos hallazgos que alteran los lugares comunes. "No queríamos volumen sino el mejor ron. Y cambiar la idea del consumidor de que es popular y barato. Quisimos hacer un ron bueno y caro", cuenta Morrison. No hicieron campañas publicitarias. Pero al tiempo, merecieron reconocimientos como el Tenedor de Oro de la Academia Venezolana de Gastronomía en 2006. Lo lograron con este blend que tiene madurez, con una mezcla de rones entre 6 a 15 años. Evolución destilada. En este camino hacia rones con más ambiciones, ya había un trecho recorrido. Para que exista la posibilidad de un gran techo, alguien puso los pilares. Y si ahora se habla de rones venezolanos "ultra Premium" o "de colección", capaces de plantarse en el planeta con precios superiores, fue porque primero se apostó por los Premium. n pionero como Alejandro Hernández, creador de Pampero, tenía que dejar su huella en este camino. Cuando u marca cumplió 25 años, en 1963, decidió vestirla de cuero, hacer una botella en forma de tapara, llamarla con un nombre celebratorio ÂAniversario y proponer el primero de los Premium, el que muchos llevan en las maletas como regalo para mostrar en otras fronteras. "Nació para celebrar", dice ahora su maestro ronero, Luís Figueroa. En esta historia destilada los vaivenes económicos del país son claves. Cuando hay bonanza, sube lo...

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