Del bachillerato a la universidad

El Estado venezolano ha sido incapaz de construir una unidad sinérgica entre la educación básica-media y la universidad. Es por ello que mientras los países desarrollados construyen un tren submarino que recorre a grandes velocidades la distancia entre una y otra nación, nuestros estudiantes se conforman con ver en video esa maravilla tecnológica. Todavía, en la segunda dé cada del siglo XXI, los docentes de ese subsistema tienen que transmitir un contenido programático impertinente, orientados por un método tradicionalista y memorístico que obstruye la adquisición y aplicación del conocimiento desde la perspectiva críticoanalítica. Nuestros bachilleres ingresan a la universidad sin haber logrado previamente dominar herramientas de razonamiento en las áreas de matemática y lenguaje que luego les permitan, al entrar en la universidad, captar conocimiento y asumir sobre estos una postura crítica. Nuestros estudiantes no leen porque los docentes tampoco lo hacen, y menos los padres. Y porque algunos profesores de lengua o matemáticas convierten estos procesos en una penitencia según los métodos aplicados: Lean El Quijote o lean Cien años de soledad, o resuelvan estos problemas, sin indicarles una metodología para tales efectos. Súmele a esto que un estu diante que pierda tres materias tiene que presentarla tantas veces como sea posible hasta aprobarlas. Si aprueba dos de esas asignaturas pasa al siguiente curso arrastrando la que le quedó. Sea como sea, el responsable de esta situación es el Estado. En Venezuela el sistema educativo presenta deficiencias de especialistas en psicopedagogía o en tratamiento de niños de extraordinarios índices de inteligencia. Nuestro sistema total no cuenta con promotores de talentos. Pienso que mientras conti núe el éxodo de profesores capacitados de la educación pública hacia la privada, en busca de redondear un mísero sueldo que devenga en las instituciones oficiales, el crecimien to del sector educativo privado será sostenido como lo ha sido en los últimos ocho años. La asignación de presupues tos deficitarios atenta contra la calidad de la...

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