El balance y La cultura bajo acoso

Por un error personal de envío durante el cierre de 2012 no fue pu blicado el balance anual que esta columna realiza sobre las artes visuales. En ese diciembre contemplé el cierre de un año expositivo sometido a las reper cusiones de un panorama complejo en la vida política, social y económica del país con el que se construyeron prototipos determinantes de una cartografía desplazada; vitalidades que se escurren, se dilatan, se asoman y se reencuentran en medio de circunstancias que fragilizan los suelos movedizos de una historiografía sin asidero palpable. Sin embargo, y más allá de las exhibiciones evaluadas en aquel momento, fue importante reparar en que la insistente inmaterialidad del arte también se levantó para crear sus propios protocolos superando los caóticos laberintos que le han rodeado. La principal característica de 2012 fue el asomo incipiente de enlaces entre cuadraturas que se habían mantenido alejadas, lo que generó un prolífico horizonte para creadores, investigadores y espectadores. En el cruce reciente de estos puntos y analizando la mejor forma de volver a exponer aquellas consideraciones, llegó a mis manos un libro capital para el análisis de un panorama que tanto apego, crítica y observación ha tenido en los últimos tiempos: La cultura bajo acoso de María Elena Ramos. En este libro publicado por Artesano Editores a finales del año pasado, la escritora dibuja mediante la recopilación de varios de sus textos desde la década de los noventa algunos difundidos y otros inéditos un compendio actual en el que se unen las formas diversas de una mirada plural e inquietante, y entran en relación las perspectivas agudas de la gerencia cultural como progreso, desarrollo común y bienestar social; el análisis filosófico de las formas del poder y de las...

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