El banco de las mentiras y del hambre

Es un banquero sin levita ni leontina, sin chofer. Usa una gorra roja de pelotero y camisa, también roja, que ostentan de manera grosera el nombre de la entidad financiera que creó la revolución y administran revolucionarios. No rinden cuentas, los entes públicos están salvos del escrutinio de la ciudadanía y el pueblo, su supervisor preferido, está ocupado en la búsqueda de medicinas, comida y el hospital dónde parir para cobrar el bono o hacerse la diálisis.El banquero no hace cola. El banquero se lanza a la taquilla a pagar su ticket de estacionamiento sin importarle que alguien mayor, canoso y educado contaba los billetes de 50 y 100 bolívares para entregarle la remesa de 7.000 bolívares contantes y sonantes al cajero, el montante de la tarifa plana. Casi lo aparta y entrega su boleto y sin dudar le dice al del otro lado de la ventanilla que son 14.500 bolívares. Con presteza saca un fajo de billetes de 2.000 bolívares.Los cuenta, faltan 4.500. De la cartera agrega 3 de 1.000 y otros 3 de 500. Le entregan la factura y se va. No se siente obligado a dar las gracias ni a pedir permiso.Es uno de los nuevos dueños de la patria, pobre patria.Los bancos no son una crea ción del socialismo. Marx quería acabar con ellos, más por razones prácticas que ideológicas. No quería que le siguieran cobrando los pagarés que se le atrasaban hasta que su amigo Engels, su gran colaborador y financista, le mandaba la mesada. El barbudo de Trevis nunca perdió la plusvalía, ni siquiera fue un mal pagado profesor, un enseñante. Una de las primeras medidas que se tomaron en Rusia al desplomarse la Unión Soviética fue privatizar la banca, la única manera de dinamizar la economía, pero después de 70 años de creación y fortalecimiento de las mafias, obviamente la delincuencia organizada se quedó con los mejores bocados.En Venezuela, una alta pro porción de las empresas financieras está en manos del Estado, como la televisión, la industria de alimentos, las empresas básicas y un largo etcétera, pero no la actividad. Menos bancos privados mueven, comparativamente, más procesos productivos.Hoy una galería de arte privada que funcione en un sucucho tiene más movimientos y...

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