En La Bandera padecen largas colas y sobreprecio

Domingo Antonio Contreras viajó a Caracas a pasar la Navidad junto con su madre enferma. Luego de visitarla en el Hospital Periférico de Catia quiere regresar a San Cristóbal y así recibir el Año Nuevo junto con su esposa, hijos y nietos. Ayer fue al Terminal de La Bandera, en la avenida Nueva Granada, para comprar el pasaje, pero luego de una larga espera y una negativa, dijo entristecido: Aquí lo que a uno le dan son ganas de llorar.Mientras al mediodía subían y bajaban pasajeros por la rampa de acceso al terminal y algunos colectores gritaban los destinos de las unidades a punto de salir, Contreras expresaba su impotencia, recostado de la baranda. Explicaba que las empresas transportistas ya no ofrecían pasajes, pero que si accedía a pagar 1.200 bolívares lo llevaban de regreso a su destino.Da dolor ver lo que está pa sando aquí. En todas las taquillas dicen que no tienen boletos. Eso es falta de gobierno, porque ellos no deberían hacer lo que les dé la gana. Eso es sacrificar al pueblo, repetía Contreras ensimismado, justo cuando un vendedor le ofrecía llevarlo por 900 bolívares, aunque, antes le advirtió, que debía anotarse en una lista de espera.El caso de Contreras no es único. Adentro el terminal era un barullo de personas que hacían largas colas frente a las taquillas a la espera de que las operadoras reanudaran la venta de boletos; personas durmiendo en el piso, familias recostadas sobre maletas y uno que otro viajero preguntando desconcertado por una lista de espera donde pudiera anotarse. Se escuchaban quejidos y llantos de niños, en una atmósfera de grasa, humo e incienso.En las taquillas un mensa je se repetía...

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