Banquetes sin malestar

Todo se preparó con amor. Todo está buenísimo. Todo se come durante un solo mes al año. El detalle es que todo, en el mismo plato y por donde se le mire, siempre será demasiado. "A veces por gula se tiende a comer más de la cuenta y después, obviamente, aparece el malestar. Bajo la idea de que son platos que se comen sólo en una época determinada, aunque uno esté consciente de que ya no le cabe más nada, sigue comiendo porque no se lo quiere perder", ilustra la nutricionista y dietista Liuva Cárdenas. ¿Hay que resignarse a quedarse con las ganas de saborearlo todo? "Si uno quiere probarlo todo, podría. Lo importante es tomar ciertas medidas de antemano. Una es no saltarse comidas y comer a sus horas si se piensa cenar un plato navideño, porque cuando un individuo llega a la mesa con mucha hambre, lo más probable es que se sirva de más y que además coma muy rápido, lo cual le va a complicar luego la digestión. Si uno sabe que esa comida se va a servir tarde porque hay que esperar a que llegue todo el mundo, puede distraer su estómago tomando agua o comiéndose una fruta mientras tanto", sugiere la experta. Lo siguiente es fijar prioridades e identificar lo que realmente resulta más apetitoso. "Si estamos conscientes de que hay mucha variedad y que no vamos a poder probar a escala 'normal' todo lo que sirvan en una cena familiar, por ejemplo, podemos enfocarnos en lo que más nos guste y pedir raciones de los postres para llevar. O si lo que realmente queremos es probarlo todo, servirnos sólo un poquito de cada cosa. La gracia está en mantener el control de las porciones, y eso empieza por la hallaca". La gran protagonista del plato navideño es uno de los alimentos que más llena. "Si somos nosotros mismos quienes las vamos a preparar, lo ideal es hacerlas en un tamaño pequeño o mediano, no tan grande. A veces la gente se come una hallaca entera no porque realmente le quepa toda, sino porque luego le da lástima botarla". La modestia en las porciones de pernil, ensalada de gallina y pan de jamón también permitirá dejar lugar para los postres. Más que disfrutar según la cantidad, el truco es concentrarse en el placer de la degustación y no perder la perspectiva. "Una manera de ayudarse en las medidas es servirse lo que quepa en un plato pequeño. Si lo hacemos en uno enorme, lo más probable es que tendamos instintivamente a llenarlo y a comer de más. Tampoco es buena idea repetir en ese momento, sino guardar para otro día si es posible".

Cinta

"En...

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