Barranco moral

Mientras el Presidente organiza rumbosos desfiles militares e invita a cuanto fantasma del pasado le pasa por la cabeza para que le hagan comparsa, el país se arruina no sólo en lo económico sino en lo moral. Se ha perdido el respeto por la cosa pública, por la defensa de los bienes del Estado y de los principios republicanos que intentó sembrar Simón Bolívar con escasos resultados. Quienes se hacen llamar hijos de Bolívar (cosa imposible porque el Libertador era estéril y no dejó descendencia a pesar de que sexó nacional e internacionalmente) no tienen la menor vergüenza en meterle mano al tesoro nacional y enriquecerse. No sólo como ministros, jefes de Pdvsa o presidentes de empresas del Estado, sino como simples funcionarios de medio o bajo rango, a través de una red de cobros de comisiones, con el pásame algo o bájate de la mula que recorre como una culebra venenosa cualquier trámite ante una instancia pública o la solicitud de un crédito agropecuario en un banco oficialista. El Presidente se queja de que los bancos no dan créditos agrícolas, pero las primeras que rompen esa regla son las entidades financieras del Estado, que están en mora con respeto a la multitud que acude a esas oficinas y, supuestamente, se les pide un anticipo para "mover" el trámite. Pero si el peticionario se baja por anticipado, lo estafan y jamás le mueven el crédito.

Cuando se trata de ricos de nuevo cuño o extranjeros de cuya riqueza nadie da confianza porque no son productores que llevan años labrando la tierra y dejando en cada surco su sudor, entonces funciona la facilidad y la rapidez de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR