El billete de a cien y el año 2017

Los pronósticos de prin-cipios de año señalaron que 2016 sería malo.Pero se equivocaron: no fue malo, sino peor. No es cuestión de detallar el cuento ni de esgrimir cifras con el fin de darle seriedad. Cada quien lo sabe en versión carne propia, aunque el presidente Maduro pareciera no darse por enterado. Sigue actuando como si la realidad pudiera ser engaña da diciéndonos ¿diciéndose? que el país marcha en revolución hacia el progreso, la justicia, la soberanía y el máximo de felicidad posible. Pretende, así, que le creamos a un gobierno cuyas únicas cartas estratégicas a la vista parecieran ser la esperanza de que vuelva a subir el precio del petróleo y la explotación del Arco Minero en modalidad de arrase ecológico.La crisis del billete de a cien, su muerte y resurrección, fue el epílogo de un año amargo, por donde quiera que se le mire. Un año con visos de desmadre, así de frágil se volvió nuestra vida cotidiana. No hay mejor parábola que este trance monetario para describir la manera como el gobierno nos gobernó. Resumo: concepciones equivocadas debido a extravíos ideológicos, diagnósticos ficticios o a pepa de ojo, transferencia de las responsabilidades a factores externos, atención a los problemas por el lado de sus efectos y no por el de sus cau sas, incompetencia, opacidad, corrupción, mentiras y amenazas, manejo tramposo de las leyes, todo endulzado con el himno nacional y también con la palabra evangélica de Chávez, hasta derivar en una...

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