Bloody Miami

Antes de que apareciera su primera novela, La feria de las vanidades, Tom Wolfe ya era un periodista con voz propia en el difícil mundo del periodismo norteamericano. De ese periodismo que, a partir de las crónicas de su viaje en autobús por todos los Estados Unidos, al graduarse en la Universidad de Yale, comenzaría a llamarse nuevo periodismo.Cuando dio el salto a la nove la ya había afinado dos capacidades que le han servido para construir su universo novelístico: el sarcasmo y su capacidad para la caricatura literaria.La política, los ricos de todas maneras, él mismo es un millonario un tanto extravagante vestido siempre de blanco a cuenta de la literatura, la moral de costumbres sobre todo en sus variantes de hipocresía con las que una sociedad suele labrar una buena parte de su identidad, son sus temas recurrentes. En la diatriba secunda a Thomas Bernhard en lo de la moral de costumbres; las novelas de Wolfe se compaginan, por otra parte y hasta cierto punto, con Malamud, el escritor de los judíos pobres de Nueva York, quien afirmaba que el novelista escribía en sus novelas las vidas que no había podido vivir.En Bloody Miami hay un momento en el que Sergei Korolyov, uno de los personajes de la novela dice a la mujer que lo acompaña mientras se dirigen a Sunny Island, al norte de la ciudad: --¡Ojo! que estamos entrando en los Estados Unidos.--¿O sea, que el resto de Miami no lo es? Pongamos atención a lo que escribe: Por lo que yo sé de Miami es la única ciudad del mundo, de todo el planeta, donde más de la mitad de la población se compone de una inmigración reciente, inmigrantes recientes, es decir, de los últimos cincuenta años y esto es algo tremendo si lo piensas un poco... En Miami todo el mundo odia a todo el mundo.Esos inmigrantes son, en una gran parte, cubanos especialmente los del barrio de Hialeah de donde salen los dos protagonistas principales de la novela: un policía, Néstor Camacho y Magdalena Otero un bellezón, enfermera y amante del doctor Norman Lewis, especialista en terapia de adicciones al sexo cibernético. Están también los haitianos, que otorgan un par de personajes importantes a esta historia, pero blancos, anglosajones y protestantes constituyen una minoría. Hay otro contingente novísimo, la mafia rusa, sin la cual esta historia de Wolfe hubiera carecido en absoluto de interés.Bloody Miami ¿por aquello del Bloody Mary? está concebida, a mi entender, como el funcionamiento de aquellas antiguos artefactos...

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