Blur: 21 años de vigencia

En 1995 la prensa musical británica fabricó y alimentó durante meses una batalla entre las dos más populares bandas del momento: Oasis y Blur. Al igual que había ocurrido con The Beatles y The Rolling Stones en los sesenta, esa batalla fue un ardid publicitario que incidió directamente en el incremento de la popularidad y las ventas de ambos grupos, y de las revistas y periódicos musicales envueltos en aquella artificial polémica. El tiempo se ha encargado de demostrar que Blur es una de las más vitales e inteligentes bandas de pop de todos los tiempos. Aunque han pasado 10 años desde la aparición de su hasta ahora último álbum, su importancia sigue siendo evidente, tal como lo demuestran sus recientes presentaciones en vivo, muy en especial la del Hyde Park en Londres, como clausura de los Juegos Olímpicos documentado en DVD/CD. Blur reinó en los noventa. Ninguna banda inglesa mostró tanta agudeza, eclecticismo y frescura. Tras aquel primer disco, Leisure 1991, influido por el sonido Manchester, el cuarteto dio un brinco cuando en Modern Life is Rubbish 1993 emer gieron las influencias de bandas clásicas como The Kinks, Small Faces, The Beatles y la cristalina psicodelia de XTC. El período que va de 1994 a 1995 fue el más productivo, gracias a las ediciones de Parklife 1994 y un año más tarde The Great Escape 1995, sus discos más exitosos. Dos años después, Damon Albarn, Graham Coxon, Alex Roundtree y Alex James concibieron Blur 1997, un disco crudo, lleno de incendiarias guitarras, contundentes bases rítmicas y algunas nuevas ideas. Con este trabajo los ecos del incombustible sonido de The Fall se agregaron a su catálogo de referencias. El futuro...

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