Bochinche peligroso

Algo tan grave como la enfermedad del Presidente de la República se está convirtiendo en un verdadero bochinche en las filas del oficialismo. Da la impresión de que nadie en el Gobierno tiene la autoridad suficiente para mandar a callar a tantos "voceros" que surgen por doquier y que, como era de esperarse, han terminado por empastelarlo todo y hundido la credibilidad tanto del ministro de Información como la del propio vicepresidente.

En esos casos se parte de dos escenarios que deberían ser complementarios, pero que no han logrado marchar al mismo paso.

En primer lugar, desde hace tiempo tendría que haberse dado a conocer un parte médico pormenorizado, con detalles y esquemas fáciles de comprender para los ciudadanos no especializados, con el respaldo de profesionales suficientemente reconocidos para que no queden dudas ni sombras sobre la naturaleza del mal que aqueja al primer mandatario.

Si esta política se hubiera adoptado desde un principio, pues no se estaría hoy ante una situación tan paradójica como lo es el hecho, tan peligroso e inquietante, de que a fuerza de querer imponer un secretismo a ultranza se ha caído en algo más peligroso y menos manejable: el exceso de información no respaldada por informes concretos o confiables, lo cual genera una gran incertidumbre entre la población en general y, lo que es peor, en los militantes y simpatizantes del mandatario nacional a los cuales golpea duramente la angustia y el miedo.

En segundo lugar, el Gobierno cometió el error gravísimo de no prever esta situación a tiempo, sabiendo muy bien que tarde o temprano podía ocurrir (tal como ocurrió) una desgaste...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR