Ser bonita no basta

Pendiente. Ni Mariam Habach en Miss Universo ni Diana Croce en Miss Mundo ni Jessica Duarte en Miss Internacional.Desde 2004 no ocurría que Venezuela pasara por debajo de la mesa en los tres concursos más importantes de la escena internacional, cuyas franquicias permanecen, por ahora, en manos de la Organización Miss Venezuela. Es de suponer que la discusión sobre los nuevos estándares de belleza que manejan en el exterior trascienda el escenario de los medios y de las redes sociales para instalarse en la Quinta Rosada, donde pareciera plantearse un dilema. Por un lado, la institución que preside Osmel Sousa carece de presupuesto propio para pagar los viajes de las representantes del país a los certámenes foráneos. En los últimos tiempos, este punto ha sido subsanado por la presencia de padres o mánagers que han sacado la chequera para apoyar a sus niñas en la consecución de un sueño. Por otro lado, la realidad habla de focos dirigidos a historias de vida que transmitan mensajes de lucha y superación como parte de un todo que completa la belleza física. En este punto, es lógico pensar que chicas provenientes de familias adineradas han tenido un desarrollo más fácil y menos traumático que otras de origen humilde. Y no se trata de prejuicios, sino de circunstancias. Entonces, el dilema sugerido en líneas anteriores es: seguir seleccionando reinas que puedan sufragar sus gastos o escoger jóvenes con...

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