Brujería, vas a acabar con la vida mía

La imagen del imperio ya no es la de aquel personaje de la serie de TV Dinastía, Blake Ca rrington interpretado por John Forsythe, que se ufanaba de que con solo levantar el teléfono podía hacer caer el gobierno de Venezuela... ni tampoco la de Superman o el recién rescatado Capitán América, verdaderos símbolos del poderío imperialista, enfrentados a malvados que los lectores de comics, en su mayoría niños-niños, adolescen tes-niños, adultos-niños y viejosniños, debían asociar al siniestro comunismo... aunque arrebatos como el que culminó con el retiro de su aporte a la Unesco por haber aceptado con el voto de una inmensa mayoría el ingreso de la autoridad palestina a la institución, le restituyen buena parte de su bien ganada fama de mal perdedor. Eso de amenazar con retirarse del juego y llevarse los guantes, el bate y la pelota, tiene mucho que ver con otro imperialismo, bolivariano, chavista y balurdo, que impone Venezuela a los gobiernos acólitos que promueve y mantiene cada vez con menos éxito... como Nicaragua, donde el proceso electoral para reelegir a Daniel Ortega en contra de lo establecido por la Constitución contó con un supervisor inusual, el presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, encargado de garantizar las operaciones de ventajismo y chantaje planificadas por estrategas venezolanos y cubanos...

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