Cañonazos a dos bandas

Dos juegos decididos por una carrera de ventaja. Dos pizarras que han podido cambiar en el último episodio. Dos victorias del Magallanes por ninguna de Anzoátegui.La final del beisbol venezo lano ha sido más cerrada de lo que sugiere el marcador global, pero al mismo tiempo, vaya paradoja, muestra a un acorazado que navega con la proa apuntando decididamente al bicampeonato.La línea de frente al right con que Juan Rivera empujó ayer la diferencia en el séptimo inning, una tabla que ha podido barrer las bases, hizo el daño equivalente a un extrabase, porque sólo bastaba una rayita más para que el bullpen A de los Navegantes le tirara la puerta en la cara a los Caribes, camino a una victoria 6 por 5, la segunda en dos días para los bucaneros, en el estadio José Bernardo Pérez.El batazo fue una muestra más del poderío de los maderos del Cabriales. Cuando Endy Chávez y Alberto Callaspo aprovecharon parpadeos defensivos, para lograr un infield hit y un sacrificio devenido error de dos bases, al manager Alfredo Pedrique le tocó la compleja decisión de escoger a su propio verdugo. ¿Morir ante Mario Lissón, que había dado un jonrón solitario en el primer tramo? ¿Ante Rivera, a continuación? Y si superaba ese Estrecho del Magallanes, ¿qué hacer frente a Pablo Sandoval, después? Fue el escenario perfecto, se ñaló el manager Carlos García.La tribu vino de atrás dos ve ces. Es un duro rival, con bates formidables. Remontó primero con jonrón de tres carreras para José Gil, en el tercero, y atacó con dos más a los bomberos intermedios de García, en el sexto.Pero el Almirante cuenta...

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