Sentencia nº 11 de Tribunal Supremo de Justicia - Sala Plena de 19 de Marzo de 2004

Fecha de Resolución19 de Marzo de 2004
EmisorSala Plena
PonenteJuzgado de Sustanciación
ProcedimientoAntejuicio de mérito

Caracas, 19 de marzo de 2004

193° y 145°

Vista la solicitud de antejuicio de mérito interpuesta el 17 de marzo de 2004 por el ciudadano O.P., titular de la cédula de identidad N° 6.201.842, quien actúa en nombre propio y en su condición de Legislador del Estado Miranda, asistido por el abogado T.F., titular de la cédula de identidad N° 12.422.052, inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el número 75.526, contra los ciudadanos I.R. URDANETA, J.E. CABRERA ROMERO y J.M.D.O., Magistrados de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, por la presunta comisión de delitos tipificados en los artículos 317, 318 y 464 del Código Penal de Venezuela y 109 y 110 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, “al pretender mediante la utilización de una sentencia inexistente, hacer incurrir en error y materializar un fraude procesal ante la Sala Electoral de ese M.T.”

Visto que en dicho escrito, el solicitante, lejos de limitarse a señalar concretamente los motivos de hecho y de derecho por los cuales debe ser considerado víctima de los delitos imputados y los hechos presuntamente delictivos, y ocuparse de fundamentarlos en los debidos recaudos probatorios, presentó ante esta honorable instancia jurisdiccional un escrito que comprende diversas afirmaciones que podrían dejar en entredicho la majestad y dignidad de los Magistrados denunciados.

Visto que, entre otras afirmaciones, alegó el solicitante que cometí, junto con mis honorables colegas a quienes igualmente pretendió denunciar, un “evidente fraude procesal”; que actuamos con “el animus, de causar un perjuicio público y particular”; que pretendimos “utilizar un método capaz de engañar o sorprender en la buena fe a los Magistrados de la Sala Electoral, al sostener que existe un ‘Proyecto de Sentencia aprobado’, mediante el cual éstos se pretendían avocar al conocimiento de los casos relativos al referéndum revocatorio”, supuestamente engañando a dicha Sala e, inclusive, a la opinión pública.

Visto que la acusación se resume en afirmar que “mediante fraude” pretendimos “obtener el conocimiento de una causa sobre la cual constitucionalmente no posee competencia y tratar que el Juez Natural, competente en razón de lo especial de la materia electoral, no tome una decisión frente a los hechos planteados”, siéndonos imputados con total ausencia de fundamento probatorio, delitos cuya real comisión acarrea, no sólo penas gravísimas, sino además el repudio de la ciudadanía. Siendo además que llega el solicitante a afirmar que nosotros mismos, quienes juramos el ejercicio probo de nuestros cargos y nos dignamos en ejercerlos con respeto a las altas funciones encomendadas, vulneramos “flagrantemente la majestad de la justicia”.

Visto, además, que la solicitud interpuesta no aclara que la interposición formal del antejuicio corresponde al Fiscal General de la República, previa investigación de lo hechos, sino que pretende configurarse en una petición autónoma de antejuicio de mérito por parte de la víctima a los fines de que la Sala Plena conozca directamente de la solicitud, haciendo caso omiso del criterio reiterado de la Sala Plena que ha establecido que este tipo de solicitudes debe resolverse de acuerdo al procedimiento establecido en la sentencia N° 1.331 del 20 de junio de 2002, de la Sala Constitucional, y visto, además, que todos esos alegatos no vienen acompañados de documentos probatorios de ningún tipo, por lo que se podría presumir que la intención del solicitante es una distinta de lograr el enjuiciamiento por un hecho delictivo presuntamente cometido.

Visto, finalmente, que constituyen hechos notorios comunicacionales que el ciudadano solicitante del antejuicio también acudió ante el C.M.R. a los fines de formular denuncia de similar tenor contra mi persona y los referidos Magistrados, y que, inclusive, medios de comunicación han reseñado que el referido ciudadano ha afirmado públicamente que actuamos de mala fe, al margen del Estado de Derecho, y al margen de la Constitución, emitiendo por ende declaraciones que, inclusive, han sido reseñadas en páginas web, dándole alcance mundial a sus señalamientos.

Quien suscribe, Magistrado I.R. Urdaneta, en su carácter de Presidente del Tribunal Supremo de Justicia y, por ende, titular del Juzgado de Sustanciación de este Supremo Tribunal, observa lo siguiente:

En primer lugar, tal y como puede inferirse de lo expuesto ut supra, considero que la solicitud planteada por el ciudadano O.P., supuesta víctima de los hechos delictivos imputados, está plagada de conceptos que, al no tener soporte en ningún tipo de elemento probatorio anexado a la solicitud, y habiendo sido planteados a la opinión pública nacional a través de medios de comunicación de gran cobertura, son irrespetuosos y ofensivos contra mi persona, los restantes denunciados y contra la autonomía y dignidad de este Alto Tribunal en conjunto. A juicio de quien suscribe, el correcto desempeño de mi condición de Magistrado no puede obviar esta realidad, que conlleva importantes consecuencias jurídicas.

En efecto, el numeral 6 del artículo 84 de la Ley Orgánica que rige las funciones del M.T., establece lo siguiente:

Artículo 84. No se admitirá ninguna demanda o solicitud que se intente ante la Corte:

6. Si contiene conceptos ofensivos o irrespetuosos o es de tal modo ininteligible o contradictoria que resulte imposible su tramitación

Así mismo, la sentencia N° 1090 del 12 de mayo de 2003, dictada por la Sala Constitucional, censuró expresamente la actuación de los abogados que se expresan públicamente mediante improperios y opiniones que evidencian desprecio por los juzgadores. En dicho fallo, se afirmó, como un precepto general, que se debe respeto a la figura del juzgador, y se consideró que, “Los señalamientos públicos contra los tribunales, en procesos en cursos, donde se descalifica al tribunal o al juez, o se les trata de exponer al desprecio público, son interferencias “de cualquier naturaleza u origen en el ejercicio de sus funciones” ante las cuales, conforme al artículo 5 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, el Tribunal Supremo debe dictar las medidas necesarias para hacer cesar inmediatamente la interferencia, en protección de los jueces. Si ello puede hacerlo en beneficio de los jueces, con mucha mayor razón podrán hacerlo sus Salas en beneficio propio”, estando, dentro de “estas medidas que deben tener sustento legal, está la del rechazo a los escritos, o a las actuaciones en el proceso oral, de los abogados que interfieren; o las prohibiciones del artículo 83 del Código de Procedimiento Civil.

Tal espíritu, de protección del ejercicio de la función judicial de las afirmaciones ofensivas, fue igualmente acogido por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia. En efecto, en fecha 16 de julio de 2003, la Sala, observando esta actitud de falta de respeto y consideración asumida por algunos abogados, acordó dictar una serie de medidas destinadas a garantizar la transparencia de los procesos y el ejercicio independiente de la función judicial. Tales medidas fueron las siguientes:

PRIMERO: De conformidad con lo dispuesto en el artículo 171 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, a partir de la publicación del presente Acuerdo, las Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales del país podrán rechazar cualquier demanda o solicitud que contenga conceptos irrespetuosos u ofensivos a su majestad y la de sus integrantes, así como inadmitir escritos que si bien no irrespeten u ofendan, tales agravios se comprueben con declaraciones públicas hechas por las partes, sus abogados apoderados o asistentes, sobre el caso.

SEGUNDO: En caso de expresiones ofensivas en el recinto del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales del país, se autoriza a los Alguaciles para que desalojen a cualquier persona agente de los mismos, para lo que podrán recurrir al empleo de la fuerza pública, si fuere necesario; asimismo se ordena a las secretarías de las Salas o tribunales levanten un registro que recoja la identificación del emitente de las expresiones ofensivas contra la majestad de la justicia o irrespeten a los jueces o magistrados.

TERCERO: De conformidad con lo establecido en el artículo 17 del Código de Procedimiento Civil, los Magistrados o Jueces podrán, en caso de que se concreten las interferencias u ofensas que fueron señaladas en los puntos anteriores, solicitar ante los organismos correspondientes, la apertura de los procedimientos civiles, penales, administrativos o disciplinarios a que hubiere lugar, y declarar excluidos del respectivo juicio al responsable de los hechos, si fuere abogado

.

El contenido de las medidas acordadas hace evidente que pueden ser aplicadas, no sólo a profesionales del Derecho, sino además a todo aquél que asuma una actitud evidentemente contraria al cabal ejercicio de la función judicial.

En adición, la circunstancia señalada se ve reforzada por la falta absoluta de pruebas de los hechos imputados a través de la solicitud presentada. Afirmar que Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia actuaron dolosamente, sin pruebas de ningún tipo, y basando los argumentos en meras especulaciones, permite presumir a quien suscribe que la verdadera intención del solicitante pudiera ser, bien la de tratar de forzar la inhibición de los Magistrados que denuncia en solicitudes de antejuicios que han sido intentadas en su contra, o bien tratar de forzar su separación del conocimiento de causas relativas al control jurisdiccional de actos públicos, ante las cuales no tengo otro interés que el de la realización de la justicia.

La conducta del ciudadano O.P. sí pudiera constituir un fraude procesal contra la Administración de Justicia, elaborando imaginariamente un delito, denunciando sin pruebas y sin ni siquiera haber estado presente en el lugar de los hechos y, además, exponiendo a los Magistrados denunciados al escarnio público a través de sus declaraciones, justamente cuando la nación espera una actuación, por parte de este Tribunal, ajustada a Derecho en todo momento y que necesita verse libre de este tipo de apremios para conservar su legitimidad de ejercicio e investidura.

Por todo lo anteriormente expuesto, considera quien suscribe que es pertinente la aplicación de lo establecido en el Acuerdo trascrito. Por ende, de acuerdo al primero de los particulares citados, y conforme al numeral 6 del artículo 84 de la Ley Orgánica que rige la funciones de este M.T., lo ajustado a Derecho es el rechazo de la solicitud. Esta negativa implica la negación al inicio del proceso por incumplimiento de requisitos esenciales para su tramitación. Así se decide.

En consecuencia, este Juzgado de Sustanciación, RECHAZA e INADMITE el escrito presentado ante esta Suprema Instancia Judicial, por el ciudadano O.P., en nombre propio y como Legislador del Estado Miranda, a través del cual pretendió denunciar a los ciudadanos Magistrados I.R. URDANETA, J.E. CABRERA ROMERO y J.M.D.O. por la comisión de diversos delitos atinentes a un presunto fraude procesal realizado respecto de proceso cursado en la Sala Electoral de este alto Tribunal.

En consecuencia, se ORDENA a la Secretaría de esta Sala Plena devolver el escrito original al solicitante.

Notifíquese, publíquese y regístrese. Cúmplase lo ordenado.

Juez de Sustanciación

Secretaria

I.R. Urdaneta

Olga M. Dos S.P.

IRU

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