Del cacao al petróleo, un país dependiente

Arturo Uslar Pie tri, en Cuén tame a Venezuela, narra cómo en los años anterio res a la declaración de la Independencia se creó un divorcio entre la idea de riqueza y la noción de trabajo. Los altos ingresos que obtenían los propietarios de las tierras Âprimordialmente por el cacao se debían al privilegio que significaba recibir una herencia y por el alza en los precios del rubro agrícola, sin que eso significara ningún esfuerzo de la persona para producir, acrecentar o mantener esa riqueza. El comentario quedaría cir cunscrito sólo a la época de los llamados grandes cacaos si no fuera porque Uslar Pietri acotó que ese hecho va a marcar la mentalidad económica tradicional del venezolano. El intelectual advirtió que en el ciudadano actual es fácil encontrar huellas de esa herencia. En su afirmación está pre sente la idea de la palabra renta como los ingresos que cobra un propietario por los recursos naturales que están en una tierra, sin que haya mayor actividad productiva o de transformación. Si bien este término se asocia al petróleo, también está vinculado al café y al cacao, aunque con menor impacto. En 1830, el café desplazó al cacao como principal rubro de exportación y, durante buena parte del siglo XIX, la cotización del aromático grano afrontó alzas y bajas, que en cada caso se tradujeron en momentos de bonanza o recesión. La baja en los precios del café hizo perder el crédito internacional del país, ocasionó la paralización de las aduanas y una drástica reducción en las ventas que llevó a la quiebra a muchos comerciantes, señala el economista Rafael Cartay. Es así como el café no cum plió la centuria de dominio y, apenas comenzó la segunda década del siglo XX, el petróleo...

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