Un cadáver divino

Insólita pieza oratoria la de Maduro para pedir poderes especiales en la AN, no en balde constituye una arremetida contundente contra el régimen que preside y hereda. No sólo atacó los extravíos que en materia de ética han distinguido a la revolución bolivariana, sino también la pro pia palabra del Gigante que inspiró la gestión que lo tiene como sucesor. En su búsqueda de una autoridad escurridiza a la que apenas puede llegar a través de presiones y expresiones contraproducentes, ha terminado con la negación de la palabra sagrada. Destape de una realidad escandalosa a través de la confesión de quien ahora la preside pero, a la vez, divorcio del evangelio divulgado por el Cristo de los pobres, el texto es un elocuente signo de los absurdos tiempos que vivimos.La solicitud de una ley habilitante busca, según dijo ante la Cá mara, revertir la lógica que hace que la corrupción se reproduzca cada día. Loable propósito si se tratara de la inauguración de una gestión administrativa, mas no de la continuación de un camino de vagabunderías que ya lleva tres lustros con un solo grupo de dirigentes a la cabeza. Habló de corrupción, acaparamiento, especulación, contrabando y mercado de moneda ilegal, como si se tratara de situaciones sobrevenidas que se deben superar a través de medidas de emergencia. También habló del trabajo improductivo de la burguesía, por supuesto. No faltó la autocrítica en el discurso, pero las vestiduras apenas se rasgaron debido a su insistencia en un suceso sobre el que afincó la mayor parte de su petición: el cadivismo, un monstruo capaz de generar mil calamidades que han hecho de la corrupción un suceso corriente cuya raíz se debe secar mediante castigos ejemplares. Eso dijo, más o menos, pero conviene volver a las palabras del Gigante para calcular la abismal distancia que ahora pretende Maduro establecer con el padre de la criatura.Volvamos a las palabras del Gigante sobre el tema, pronunciadas en su Aló, Presidente del 16 de septiembre de 2003. Dijo entonces el Gigante: Cadivi es un ejemplo de transparencia y de lucha contra la corrupción, se ha convertido Cadivi en un instrumento de lucha contra la corrupción. En cambio, los regímenes anteriores de control de cambios se convirtieron en instrumentos para amparar y potenciar la corrupción. Ahora no, Cadivi está siendo instrumento de lucha contra la evasión fiscal, contra la evasión aduanera...

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