Cadena militar

La larga cadena a la que nos sometió el presidente Chávez con motivo de la toma de posesión del nuevo ministro de la Defensa, después de habernos hecho padecer la semana anterior diez horas de su desteñida perorata, es una nueva vuelta de tuerca hacía la primacía que tiene lo militar en el actual gobierno. Hasta ahora, el ministerio que agrupa al estamento militar es el único que ha recibido tamaña distinción. Porque a pesar de la cantidad de cadenas realizadas, la mayoría para tratar temas sin importancia, no recordamos que se haya escenificado una alrededor de la asunción al puesto de un nuevo ministro de educación, de salud o de economía. Ni al favorito Rafael Ramírez, que ostenta dos cargos claves, le han conferido esos honores. Para que no queden dudas sobre el carácter militar del régimen, el dedo omnipotente del primer magistrado seleccionó a otro ex compañero de armas golpista para encabezar el Poder Legislativo, el cual debiera ser un templo del civismo.

A la vez, relegó a los civiles más destacados de su entorno a disputar elecciones regionales en lugares en donde tienen todas las de perder y en las cuales, aun en caso de ganar, sólo tendrían el menguado poder que el afán centralista del jefe todavía no le ha quitado a las gobernaciones. Es difícil concebir que a algunos de ellos se les conceda el honor de una cadena. Es posible pensar que la distinción no fuera tanto a la Fuerza Armada, sino que es como un desagravio a quien ahora le tocará dirigirla, el general en jefe Henry Rangel Silva, quien ha sido señalado nacional e internacionalmente por la prensa de...

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