Un café donde los mininos relajan a los clientes

Se dejan consentir, se acuestan en las piernas de las personas, comienzan a ronronear, todo mientras se degusta de una taza de café, eso sí, debidamente tapada.Un cat café, Gatos y Blues, lle gó a La Soledad, Bogotá. La idea surgió en la intimidad de una familia. Andrea Echeverri, escritora y docente de cine, y Diego Martínez, periodista, son esposos y padres de un joven que está a punto de graduarse de bachiller. La decisión de tener una mascota surgió cuando mi hijo cumplió 12 años y era un adolescente tímido. Pensamos que un gato le ayudaría a superar esa etapa.Publicaron un mensaje en Fa cebook y al poco tiempo alguien dio cuenta de una camada de gatitos. Así fue que llegó Gató a mi familia, una especie atigrada que cambió la historia de mi familia. Luego más gatos fueron llegando a sus vidas.En un viaje a Europa en 2015 se enteraron de la existencia de los cafés de gatos. Cuando llegaron a Bogotá todo se dio para el montaje del negocio y además con un toque original, pues Diego es experto en blues.. Él siempre quiso...

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