Cambio político, ¿negociado o abrupto?

Los estrategas cubanos de la revolución bolivariana no supieron cómo reaccionar an te la derrota aplastante del chavismo en las elecciones parlamentarias del 15 de diciembre de 2015. La experiencia acumulada por los comandantes de la Sierra Maestra a lo largo de casi 60 años de gobierno totalitario no incluía catástrofes políticas como esta. Los vientos de tormenta que hoy en día sacuden los cimientos del régimen del 4 de febrero comenzaron a soplar entonces.No hay que ser muy pers picaz para saber que la gran debilidad de las fuerzas opositoras fue negarse sistemáticamente a reconocer la naturaleza no democrática del chavismo y limitarse a diseñar una estrategia unidimensionalmente electoralista, como si lo que había puesto en marcha Hugo Chávez no fuera una progresiva ruptura histórica para reproducir en Venezuela el socialismo a la manera cubana. Consecuencia fatal de querer creer que en Venezuela había democracia, sin duda una peculiar democracia autoritaria pero democracia al fin y al cabo, fue la consolidación del poder opositor en manos del sector más conservador de la oposición, que a todas luces prefería pasar por alto lo que en verdad sucedía a su alrededor con tal de no correr el peligro de ser expulsados del terreno de juego.Ante esta tendencia a no hacer olas para no irritar en exceso al ex teniente coronel golpista, se fue armando una alianza de dirigentes que no compartían esta tendencia a comulgar con las ruedas de molino que les servía el régimen cada cierto tiempo en el altar de unas urnas electorales amañadas y gestionadas por un árbitro al servicio exclusivo de Miraflores. La muerte de Chávez y el nombramiento a dedo desde La Habana de Nicolás Maduro como sucesor del moribundo líder de la ya fracasada revolución bolivariana precipitó los acontecimientos.En febrero de 2014, la torpe za de Maduro para enfrentar un trastorno estudiantil en la Universidad de los Andes que podía haberse resuelto sin mayores contratiempos derivó en los primeros signos de la rebelión popular que hoy acosa al régimen, sencillamente, porque quienes hace tres años le dieron la espalda a Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado, promotores de lo que llamaron La Salida, y corrieron a Miraflores para respaldar el supuesto diálogo que...

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