Caminar una subida, así sea una cuadra, me descompensa

Hace 33 años en Valera, estado Trujillo, la gente no sabía mucho sobre la cardiopatía congénita con la que nació Marylin Ramírez. A su mamá le decían que ese huequito en el corazón se iba a cerrar solo.Con apenas 3 años de edad, comenzaron a notar que también le faltaba el aire, le costaba caminar y se ponía morada.Entonces, viajaron al estado Mérida y un médico le diagnosticó hipertensión pulmonar, enfermedad crónica que desarrolló como consecuencia de la primera condición.En ese entonces no había los medicamentos que tenemos ahora, así que me trataba únicamente los problemas de corazón. A los 17 años de edad tuvo una fuerte recaída y le dijeron que su única opción era un trasplante cardiopulmonar, procedimiento que no se hacía en el país.Llegó a ser candidata para hacerlo en Estados Unidos, pero el dinero no les alcanzabas para los exámenes ni para la cirugía, valorada entonces en 500.000 dólares.Gracias a un doctor que le recomendó el tratamiento con sildenafil, un vasodilatador conocido comercialmente como Viagra, Ramírez logró reponerse y pararse de la silla de ruedas en la que había caído.Unos años después comenzó a llegar al IVSS el medicamento principal que ahora consume: bosentan. Sin embargo, su distribución empezó a presentar intermitencias entre septiembre de 2015 y enero de 2016, particularmente en el interior del país.Yo consumo dos cajas al mes y cuando iba a buscarla me daban una, porque no les quedaban casi y no podían dejar a los demás sin la medicina. Recuerda que también llegó a hacer cola desde la madrugada, a esperar y esperar, para que le dijeran que no había.En la ciudad de Mérida, es tado Mérida, donde vive, hasta la fecha de esta...

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